martes, mayo 29

PLATICANDO CON JUANA GALLO


El enganche que tengo con Juana, en definitiva, es la literatura. Pero también hay otra circunstancia que nos une: somos unas desempleadas crónicas, desajustadas salariales. Vivimos a expensas de los ideales y de los sueños. Y claro, en la última conversación el tema de cajón fue el empleo, los planes y lo demás.
Quedé con ella que publicaría en el blog y continuaría comentando La Bendita Manía de Contar, uno de los últimos libros de Gabriel García Márquez (nada que ver con un empleo).
El libro no es una novela, ni un compendio de cuentos. Algo muy innovador del laureado, buena idea de su parte, muchas gracias, fue el publicar los diálogos de uno de sus talleres literarios que coordina en su querida Colombia.

La Bendita Manía de Contar no enseña a escribir. Revela básicamente el proceso de la creación, la manufactura de la historia, de lo que se quiere contar, por parte de los participantes y del mismo Márquez.

La mayoría de los talleristas son guionistas experimentados, y en el taller -con la ingenuidad que caracteriza a los estudiantes- exponen las historias que se les ocurre, las que les gustaría contar. Durante la exposición hay una excavación de tipo narrativo muy interesante; cómo se hilvana la historia, y a partir de allí, los demás estudiantes critican las debilidades de la urdimbre.

Quienquiera que ha pasado por el proceso de parir una historia se sentirá inmediatamente identificado con los temas y la dinámica del taller.
Dentro de esta tónica, el autor dice haber publicado a priori: Cómo se Cuenta un Cuento, que espero tener la suerte de leer uno de estos días.

Juana Gallo reviró haciendo referencia a Mientras Escribo, de Stephen King, (el rey del horror) un relato muy personal en torno a sus experiencias como escritor y sus técnicas para escribir relatos.

Así, que, Juana, aquí está, y después de colgarnos por los lazos de las letras, pisar las raíces de la misma tierra, andaremos por allí cada vez mirándonos desde las ventanas humanas de dos errantes almas que se dan cosquillas cada vez que se encuentran.

Un abrazo.

domingo, mayo 27

el Nuevo Periodismo