domingo, marzo 23

Menopausia Global


Hay temperaturas exteriores que traen los vientos alisios, los huracanes de septiembre en las costas del Caribe, las tardes de veranos con un sol alucinante en las duras banquetas de Los Mochis, las mañanas de neblina bajando sobre los jardines floreados del parque Sinaloa. Pero de lo que les quiero hablar es de las temperaturas de las mujeres cuarentonas, algo interno que te pone la cara candente como un fósforo y el pecho como un bracero. Hay que quitarse las sábanas de golpe y ducharse para volver al alivio de la normalidad en las noches en que reloj marca un tiempo que ha adquirido un valor nuevo y el movimiento de un galeón pesado que se pierde en el horizonte.
A veces ni siquiera con el baño se sosiega una, y hay que andar deambulando como fantasma en la casa, abrir el refrigerador y tomarse un yogur helado, prender la tele y entretenerse con el Discovery Channel, o Investigative Report, o volver a la página en que he subrayado líneas de O. Pamuk, uno de los autores preferidos de Donají, a quien recuerdo metida entre los libros de la Roma, codeándose con escritores, hablando de sus amantes y relatando historias, unas de ficción; otras de facto con la gracias de un ser animado por la curiosidad y el amor por la vida.
Hoy, un Domingo de Ramos, me espera una página en blanco y una cerveza helada, con que pienso contrarrestar los flachazos de una menopausia ingrata que viaja como señorona popof en el galeón del tiempo.

Y para cerrar el tema de las temperaturas les recomiendo ver la Verdad Incomoda o en inglés, An Inconvinient Truth, documental que produjo el senador demócrata estadunindese, Al Gore relatando el historial de las catástrofes que estamos presenciando hoy debido al calentamiento global.

Un beso a todos.