sábado, marzo 7

Curso de periodismo

Clase 15

Ética y deontología del Periodismo en Internet

Esta es una clase muy especial en la cual lo invito a reflexionar sobre cuál es la función del periodismo en Internet, cuáles son sus límites y también cuáles sus posibilidades en el ejercicio de la profesión y por supuesto, los deberes.
Primero es importante saber y comprender, refiriéndonos a las condiciones en las cuales trabajan los periodistas en todo el mundo, que vivimos un tiempo en el cual la mayor parte de los grupos sociales no llegan a distinguir con claridad, en toda su dimensión, las diferencias absolutamente reales que existen entre los periodistas y las empresas periodísticas, y entre la libertad de prensa y la libertad de empresa periodística.
Sería un gravísimo error atribuir estas faltas de comprensión a la gente, a la sociedad, a los grupos sociales o a los públicos.
El sentido de autocrítica, que no siempre es utilizado por los profesionales de los medios de comunicación, debe llevarnos, inevitablemente, a advertir que somos nosotros, los periodistas, uno de los sectores responsables de esta situación. Y ni que hablar, por supuesto, de la responsabilidad que les cabe a las organizaciones que representan o aseguran que representan a los periodistas y trabajadores de prensa en general, la mayor parte de las cuales no son otra cosa que sellos de goma u organizaciones burocráticas que mantienen estructuras repletas de amigos, familiares y muy pocos periodistas.

La educación juega en este aspecto, como en todos aquellos relacionados con el ser humano un rol fundamental... Mejor que no se sepa, mejor que no se enteren, mejor que no entiendan... Porque si saben, porque si se enteran, porque si entienden... El derecho a la información, un derecho tan declamado por muchos y jamás llevado a la práctica por esos "declamadores profesionales", no es más que una utopía en el contexto al que nos estamos refiriendo.
Bienvenidas sean las utopías, por supuesto, porque son ellas las que marcan el camino hacia los cambios sociales, pero a esta altura de la historia sería deseable que los periodistas transitemos por caminos no tan primarios, no tan elementales, no tan individuales.
Periodísticamente hablando, debemos recordar que el Pacto de San José de Costa Rica garantiza en su Artículo 13 el Derecho a expresarse, lo que se traduce en el Derecho a difundir informaciones u opiniones sin censura.

Del mismo modo, el Derecho a la Información garantiza, o debería garantizar, la posibilidad total de investigar e indagar a las fuentes informativas sobre todo cuando estas fuentes informativas son de carácter público. Por lo tanto, y como vemos, el Pacto de San José de Costa Rica garantiza el carácter absoluto de la libertad de prensa que impide vetar, censurar, recortar, o intimidar a cualquier publicación periodística aunque con ella pudiera cometerse delito.
Es decir, el Pacto de San José de Costa Rica prohíbe la censura previa del material periodístico a publicar, su revisión o control.
El Pacto de San José de Costa Rica es la Convención Americana sobre los Derechos Humanos. Fue firmada el 22 de noviembre de 1969 en la ciudad de San José (Costa Rica). Este acuerdo fue suscripto por gran cantidad de países de América, muchas de las cuales lo han incorporado directamente a sus respectivas constituciones nacionales como parte integrante de las mismas.
En este contexto, y si nos remitimos a la legislación vigente en muchos países a través de este acuerdo internacional, la situación se agrava aún más debido a que en la actualidad la mayor parte de los medios de comunicación para los cuales trabajan los periodistas no son ya propiedad de grupos familiares, sino que pertenecen a grupos empresariales no sólo dedicados a la comunicación, que tienen intereses en un sinnúmero de actividades comerciales y financieras.

Las empresas periodísticas familiares han desaparecido por completo del mapa de medios de comunicación de cada país, o los miembros de aquellas tradicionales familias han quedado como pantalla ocupando cargos gerenciales intrascendentes y sin poder de decisión alguna dentro de los directorios de empresas en muchos casos transnacionales con sedes en paraísos fiscales que ni siquiera respetan las leyes nacionales.
Sin ir más lejos, el Documento sobre la Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en cuyo Punto 12 se especifica que "Los monopolios u oligopolios en la propiedad y control de los medios de comunicación deben estar sujetos a leyes antimonopólicas por cuanto conspiran contra la democracia al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la información de los ciudadanos.

En ningún caso esas leyes deben ser exclusivas para los medios de comunicación. Las asignacionesde radio y televisión deben considerar criterios democráticos que garanticen una igualdad de oportunidades para todos los individuos en el acceso a los mismos".

Ya hemos hecho mención a que la posesión de la tecnología que posibilita el desarrollo del periodismo digital muchas veces se encuentra en manos de los mismos grupos multimediales que no sólo abarcan influencias en la prensa gráfica o la televisiva, sino también en radio, con partes accionarias en la televisión por cable, telefonía móvil, entre otras empresas.
Esta situación hace que las posibilidades de acceso a diversas fuentes de información sean bastante difíciles. Podríamos considerar que se trata de una de las grandes dificultades a la que se enfrentan los periodistas digitales.
No sólo competir en forma desigual con empresas periodísticas, sino también tener plena conciencia de que dichas empresas poseen los medios de reproducción y producción de la información.
Sin embargo, como también hemos analizado en el transcurso de estas clases, el periodismo digital permite realizar producciones informativas con no demasiados recursos. Esto es lo que representa la real ventaja y un pequeño lugar dentro de tanta competencia informativa.
Esta desigualdad a la hora de enfrentarse como actor profesional a los multimedios, puede provocar determinas desviaciones por la necesidad de actuar en forma independiente en el campo del periodismo.
Sin embargo, tenemos que saber que además de las limitaciones y complejidades que tenga todo periodista digital, su profesión también está acompañada de deberes que debe cumplir, y que en tal caso no difieren demasiado de la práctica profesional de todo periodista sea en el ámbito en el cual trabaja.
De hecho, el periodista digital que trabaja para si o en colaboración con otros periodistas en forma más o menos independiente, debe asegurarse de cumplir con la misma rigurosidad profesional, o mayor, que aquellos periodistas que trabajan para una empresa informativa en particular. ¿Por qué? Bien. Porque el periodismo digital debe tener credibilidad y transparencia para que los públicos pueden identificar informaciones correctas de las incorrectas.
Informar falto de fuentes, informar negativamente, informar incorrectamente, son cuestiones tanto éticas como deontológicas.
Es decir, aquí no hablamos del periodista digital y de su moral o de la moral individual. No se trata de eso. Se trata de que el periodista digital, sea cual sea sus creencias morales, ideológicas o religiosas, sea un actor ético a la hora de informar.
Tampoco estamos hablando aquí de objetividad. No. Lo objetivo y lo no objetivo es según quién lo mire y desde qué lugar se pose ese sujeto para mirar. En el periodismo no existe objetividad posible, porque todo esta tamizado por la esfera social y cultural en la que nos movemos.
Los valores que intentamos rescatar y poner en juego en este preciso instante son aquellos que hacen del ejercicio del periodista digital una base y una línea sobre la que se debe transitar para fomentar y mantener la credibilidad de su público.
El periodista se debe a ese público que demanda información, o más bien que irá a buscar la información que este periodista difunda. Si nuestra información no es creíble, difícilmente el público vuelva a nosotros o piense que puede salir de los canales de información habituales para encontrar "algo" que valga la pena. Por ello, hace instantes le hablaba de moral. La moral es relativa y la ética es absoluta y tiene que ver con el correcto ejercicio de la profesión.
Como usted bien sabrá, los periodistas no hacemos un juramento al finalizar nuestras licenciaturas o tecnicaturas, como sí lo hacen los abogados o los médicos. Por lo tanto, nuestra profesión no nos obliga a cumplir determinadas normas deontológicas y éticas. Es el buen ejercicio de la profesión la que nos obliga a cumplir dichas normas.
La profesión del periodista es de gran importancia, ya que nuestra obligación de informar está vinculada al hecho de que la sociedad moderna precisa de información para el funcionamiento de la vida, de sus actividades laborales, sociales, culturales, educacionales, entre otras. Entonces, es de saber que la función de informar es un servicio que se presta a la comunidad y viéndolo de este lugar es fundamental para el desarrollo de la sociedad.
El periodismo es un servicio esencial al derecho a la información, sobre todo en la era de la globalización. No podemos pensar que no es así. De hecho, la función de informar es mucho más amplia que la idea de brindar información.
También implica la interpretación y explicación de los acontecimientos, para orientar el pensamiento de los ciudadanos, contribuyendo al desarrollo intelectual y el enriquecimiento cultural de la sociedad en su conjunto.
Esto implica, necesariamente, que los periodistas digitales se puedan acercar a sus públicos con información cierta, correctamente tratada, correctamente escrita, entendible y fundamentalmente creíble.
Si los periodistas digitales entienden que la libertad del medio digital le da mayores posibilidades de contacto con distintos sujetos, es esa posibilidad de contacto la que también les obliga a un correcto ejercicio profesional.

domingo, marzo 1

Curso de periodismo

Clase 14
Los medios del futuro ¿Hacia donde vamos?

Durante el curso nos hemos dedicado a analizar, estudiar y comprender los distintos formatos de medios digitales en la actualidad, así como su forma de funcionamiento en virtud de la incorporación de las Nuevas Tecnologías a las rutinas del trabajo periodístico habitual.
Sin embargo, si bien hemos indicado varios parámetros de trabajo para la realización de medios digitales, aún no hemos discutido cuál es el futuro de los medios de comunicación y cuál es la perspectiva de los mismos.
Considero que este punto es clave, en tanto y cuanto todo trabajo destinado a la realización de un medio digital debe pensarse en una planificación futura del medio a desarrollar, y por sobre todas las cosas es necesario que sepamos hacia dónde vamos en el futuro próximo.
Sabemos que a partir de los años ’90 la incorporación de Internet y las tecnologías provocaron un corrimiento en cuanto a la aparición de nuevos medios de comunicación y la transformación de los existentes. Hemos visto aparecer periódicos en formato de imagen, con el solo objetivo de mostrar la tapa de su edición, y llegamos al día de hoy con periódicos que suman toda la multimedia posible para atrapar a un lector/usuario/navegante en un edición digital.
Este movimiento vertiginoso que se produjo en apenas una década provoca también cierta incertidumbre respecto a cómo se irán transformando a largo, mediano y corto plazo los medios de información en Internet. Hoy agregamos al formato clásico del periódico digital, video, publicidad en movimientos, selección de contenidos, colaboración gratuita de los lectores, entre otras novedades.
Pero la gran pregunta es ¿cómo seguirá siendo? ¿Podemos adelantarnos a los cambios? ¿Podemos prever una transformación a futuro? ¿Sabremos innovar? Y lo fundamental ¿Estamos preparados para asumir los riesgos de nuevos cambios?
Un buen punto de partida para comenzar a responder a estas preguntas es identificar cómo contribuyó a mejorar o no la incorporación de las NT a los medios tradicionales, para poder identificar cómo éstas tecnologías pueden aportar en el futuro nuevos y mejores cambios.
Haciendo una mirada retro hacia las primeras clases, podemos resumir los cambios de las nuevas tecnologías en los medios tradicionales en algunos puntos básicos:
· Aumento de la cantidad de información
· Incremento en la actualización de la información
· Facilidad en los procesos de edición de la información
· Mejora en la distribución de las noticias
· Creación de nuevos medios en base a las estructuras tradicionales ya existentes
· Superior calidad en cuanto a imágenes y sonido
· Cambio de formatos analógicos a digitales en los medios audiovisuales
· Incorporación audiovisual a lo textual
Poniéndonos a pensar sobre los puntos mencionados anteriormente, podemos observar que los medios de comunicación que nosotros llamamos “tradicionales” han mejorado con los avances tecnológicos y han sabido incorporar las nuevas tecnologías en función de los contenidos y de la pluralidad de intereses que poseen hoy los usuarios de Internet.
De hecho, esta pluralidad e intereses y por decirlo de alguna manera, la fragmentación de las audiencias, ha sido un proceso bastante complejo y paulatino que se fue desarrollando en esta última década, donde los medios de comunicación, en especial los medios gráficos, la televisión por cable e Internet contribuyeron a esta fragmentación.
Si lo pensamos, estos medios que dieron lugar a la fragmentación de audiencia han caído presos de esta fragmentación, ya que los ha forzado a desarrollar cada vez mayor cantidad de contenidos y formatos para atraer la atención de los distintos y dispares públicos.
Es difícil pensar que los medios de comunicación hayan pensado lo que ocurría cuando daban paso a esta fragmentación, es decir, que hayan pensado ante qué se enfrentaban cuando decidieron sumarse al camino de las nuevas tecnologías.
Lo que es realmente cierto es que el consumo de información está cada vez más segmentado y especializado. Otros eran los tiempos en que teníamos lectores fieles de tal y cual periódico, por razones familiares, sociales o culturales.
La fragmentación de audiencia se responde desde los medios con fragmentación de contenidos, por lo que encontramos cada vez más variable los formatos tradicionales de información.
Las audiencias son cada vez más especializadas, y los medios responden, en general, con fragmentación de contenidos.
La clave de la viabilidad de los medios es la especialización informativa. La fragmentación de las audiencias en un proceso social más amplio, del que participan los medios de comunicación pero que no manejan ellos en ningún momento. Los medios de comunicación no pueden, hoy en día, anticipar la segmentación del público van detrás de la fidelización de lectores, oyentes y público en general. Se trata, más bien de ganar una carrera que iniciaron ellos y se puso contra reloj.
Es decir, todo avance tecnológico se tradujo en mejora de la calidad de los materiales, posibilidad de almacenar información sin pérdida de calidad, ventajas en edición, tratamiento y manipulación de contenidos informativos, con la consiguiente simplificación de almacenamiento y distribución de noticias, ha llevado también a la especialización del público que desea elegir qué información recibe cual no es de su interés.
Como mencionábamos antes, las nuevas generaciones ya no tienen hábitos arraigados de información. De hecho, la interacción con los públicos tan declamada por los medios ha sido otra de las claves en esta segmentación.
Mediante la interacción, la presentación de información adquiere una gran flexibilidad. El usuario puede:
• Navegar por la información disponible: rechazar algo que ya es conocido, pedir toda la información disponible sobre algo desconocido, seguir diferentes rutas sobre una misma información
• Interaccionar con los tipos individuales de información: repetición de un video, pausa de la presentación de información, retomar la información en otro momento.
• Introducir datos e información que los públicos consideran de interés forma parte de esta interactividad que ya poco tiene que ver con la interactividad propuesta en el inicio con participación de concursos o relleno de encuestas.
Así, los públicos ya no se nutren de la información que brindan todos los medios de comunicación, sino que la interacción viene siendo un punto clave en los medios del futuro, ya que la información que aporten los distintos usuarios es benéficioso en cuanto a la calidad y “objetividad” de la información en un sentido amplio.
Las herramientas del periodismo cambian, y a medida que estas se generalizan y difunden, los ciudadanos, que antes eran sólo usuarios, juegan un papel cada vez más importante en la recogida de información. Los públicos ahora tienen mucho más poder.
Como vimos, los usuarios equipados con teléfonos o dispositivos móviles crean bitácoras digitales, utilizando las capacidades de Internet móvil, y así las imágenes digitales pueden ser publicadas y compartidas instantáneamente por otros usuarios. Y el tipo de noticias que se comparten cubren ya todo el espectro posible entre lo tradicional, las estructuras mixtas y los nuevos informadores ciudadanos.
Las nuevas tecnologías, con Internet móvil a la cabeza, facilitan a los usuarios la posibilidad de descubrir las noticias a una mayor velocidad. Los públicos se acostumbraron, gracias a la televisión y a las cadenas de noticias de 24 horas, o a las actualizaciones de los medios en Internet, a disponer con gran rapidez de la última hora de lo que ocurre.
Pero esto puede cambia cada vez más, porque el público conectado con dispositivos inalámbricos es capaz de convertirse en emisor de los acontecimientos en el mismo momento en que se producen.
Los ejecutivos de algunas compañías de medios observan este modelo de participación como una fórmula barata y eficaz de servir a los lectores con un plus de información "aterrizada" en los intereses de la audiencia. Muchas organizaciones periodísticas empiezan a incluir weblogs en todos sus medios online para favorecer ese servicio “plus”.
Desde luego que también lo hacen porque consideran que esto les proporciona una nueva forma de relación con sus audiencias, sobre todo con las nuevas generaciones que ya no están tan acostumbradas a recibir información de determinada manera.
Con la aparición de reporteros en el mismo lugar, o reporteros ciudadanos, y la inmediatez de la aparición de las noticias, en tiempo real, algunos consideran que, en el escenario de los medios del futuro, las organizaciones periodísticas tendrán que contratar a profesionales para tareas muy concretas, para cubrir una historia determinada que interesa a un grupo específico de la audiencia.
Porque a estas alturas lo que tenemos por cierto es que en el futuro la audiencia va a estar menos atomizada, o bien más atomizada por distintos intereses.
La información se hará cada vez más personal, porque la clase de contenidos que permiten las nuevas tecnologías es la más importante, y la posibilidad de añadir imágenes, texto y voz hacen que quienes usan estos dispositivos y los proveedores de información se muevan en un territorio de enormes posibilidades.
La audiencia, o mejor dicho una parte de ella, no toda, porque recuerde que Internet no es masivo, produce información, participa, opera en algunos casos como “periodista ciudadano” porque las cosas han cambiado mucho más.
El fenómeno no responde solo a que tenemos los medios para participar, ni a que la prensa tradicional ya no representa a toda la audiencia o a cada público.
La explicación de fondo es que con las nuevas tecnologías, con Internet principalmente, han cambiado nuestras formas de conocer y nuestra relación con la información y el conocimiento. Pero lo complejidad radica en que el cambio es permanente, está en movimiento y asegura no que no va a parar.
Lo definitivo es que la integración tecnológica permite ofrecer una gran variedad de aplicaciones, servicios, contenidos e información. Entonces, si usted tuviera al alcance todas las facilidades técnicas posibles para el desarrollo de un medio, ¿qué haría?, ¿dónde se centraría? ¿En el gran público o en el cada vez más segmentado público que busca información a través de distintos medios de comunicación? Justamente, el futuro de los medios está en satisfacer la demanda de información y la capacidad de informar que tiene cada uno de los usuarios de Internet. Comenzar lo antes posible es el desafío.