domingo, abril 27

Las violetas son flores del deseo: Ana Clavel


Ana Clavel me dejó atónita con su novela Las violetas son flores del deseo, basada en las pasiones que algunos hombres anidan en los cuerpos púberes de las niñas.
Este tema tiene muchas aristas y muchas vertientes, pregúntele a Lydia Cacho. También hay que ver la maestría con que el guionista de Lolita plantea su historia y las notas periodísticas que revelan casos similares en el mundo: un hombre ha mantenido a su hija en un sótano durante 24 años.
Lo que sí me llama la atención es que la autora de esta novela, en su condición de mujer, tenga la posibilidad de meterse en el pellejo de Julián, un hombre atraído sexualmente por su hija narrando en primera persona (yo) con un estilo verosímil y maestro: “La vislumbré como la imagen total de mis deseos, la parte que por fin me hacía falta: frágil pero vigorosa, dulce pero con esa vulnerabilidad altiva que pedía a gritos ser dominada. Y ahí estaba entre mis piernas, erguida e indefensa, haciéndome sentir lo poderoso que por fin era, lo completo que al fin estaba”.
Con esta audacia narrativa se rompe el dique y se abren las compuertas de la creación a las infinitas posibilidades de un mundo complejo y amorfo: el de las emociones. Se va más allá de lo que una vez leí como receta básica en el libro On writing, de Stephen King: hay que escribir de lo que se conoce, pues de esa manera la historia resulta creíble. Con Ana Clavel esta recomendación pasa a la historia y con una prosa sencilla y poderosa plantea una historia de buena urdimbre.
Las violetas son flores del deseo forma parte de una trilogía de letras que la princesa Donají Olmedo me envió por paquetería desde su castillo de asfalto y café. Muchas gracias!