lunes, julio 9

DE REGRESO




Sainte-Adele, Quebec, Canada.









Uno de los ríos del pueblo.






El lago del pueblo, enorme y bello, para recreación de los amantes de la naturaleza.



Se siente la diferencia al aterrizar, y decir diferencia es una referencia sutil, más bien es un shock que se tiene que sacudir después de haber estados tres semanas en la laxitud de un pueblo como Sainte-Adele, rodeado de lagos, cutodiado por ríos interminbales y montañas de pinos y maples.




La provincia de Quebec tiene unos bosques de docil bellezas, gráciles caminos por donde andar en bicicleta, ciudades bien organizadas y con un ambiente fantástico de bienestar celeste.




Para un mexicano (a), acostumbrado al reto y a la pobreza, visitar estos lugares representa el experimentar una realidad ajena y maravillosa.

2 comentarios:

Coro dijo...

Avelina, lindas fotos.
Me alegro de tu regreso,
abrazos.

Anónimo dijo...

Hola Ave:

Bello el paisaje del lugar que fue tu casa algunas semanas.

Bienvenida de vuelta.