miércoles, marzo 8

En el Día de la Mujer


8 de marzo, 06
Literatura chicana.

Ninguna película sobre género ha impactado más al mundo occidental (por llamar así a los países de este lado del Atlántico) como The Color Purple (El color púrpura) una historia sobre la emancipación de las mujeres dentro de su misma comunidad en un tiempo en que la opresión contra los negros todavía se ejercía abiertamente en Los Estados Unidos.
Al comienzo de la década de los 90, Celie, de 14 años queda embarazada de su padre y después rueda por la vida hasta lograr adjudicarse una autoestima que le hace cambiar radicalmente la manera de ver su realidad.
En esta historia, basada en la novela de Alice Walker, queda claro que la violencia es un
patrón repetitivo, y que la injusticia contra de las mujeres es también la que existe contra la humanidad entera.
Dentro de la literatura, las escritoras chicanas tratan el tema de varias formas para expresar la necesidad urgente de valorización, no sólo de la raza y cultura dentro de una sociedad sajona en la unión americana. También pretenden ser reconocidas al interior de sus propias comunidades en cuyo seno se ejerce de forma natural la opresión, caso similar al de Celie, el personaje central en el film, Color Purple.
Leticia Argüelles, doctora en literatura, afirmó que la narrativa chicana femenina es vanguardista en la demanda de las reformas sociales que deben equiparar a las mujeres con los hombres.
La doctora Argüelles, quien cursó la maestría en Literatura Latinoamericana en Nuevo México, opinó que hay una nueva generación de mujeres latinas, aquellas descendientes de padres mexicanos que llegaron como “wet backs”, o braceros a Los Estados Unidos hace dos generaciones. Ellas ahora están proponiendo un nuevo concepto en el quehacer literario.
“Hay temas que las mujeres están dando, como los del cuerpo, por ejemplo, para enfatizar algo. También aquellos que tienen que ver con la identidad chicana, el considerarse una minoría en un país controlado por blancos”, mencionó Argüelles, quien imparte el curso Literatura Chicana Femenina, en la Escuela para Estudiantes Extranjeros de la Universidad Veracruzana.
En un mundo donde el talento de las mujeres ha quedado cubierto por la fina capa del machismo en todos los niveles, las mujeres chicanas irrumpen en las olas literarias para crear un nuevo concepto que Argüelles califica como “irreverente”, fuera de los cánones tradicionales de la literatura.
A partir de la diferencia y de un planteamiento político, las escritoras contemporáneas mezclan formas literarias que hacen innovador su trabajo. Las chicanas –dijo Argüelles- toman lo étnico como bandera y también hablan de su experiencia femenina dentro de su grupo comunitario, la comunidad machista de su propio núcleo racial.
Argüelles recordó a varias de las escritoras chicanas, como Ana Castillo, autora de Las Cartas de Mixquihuala; Erlinda González-Berry, Paletitas de Guayaba; y Sandra Cisneros, quien escribió La Casa de mango Strett, traducida por Elena Poniatowska y editada por Alfaguara-0-.



































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