domingo, noviembre 4
jueves, noviembre 1
Feo, fuerte y formal
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sábado, octubre 20
Mexican Tourist
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martes, octubre 16
Una ciudad intelectualmente opaca
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jueves, octubre 4
Una de mis mejores amigas
Donají Olmedo, especialista en cardiología, tenaz y entregada en el trabajo. Vive en el D.F.
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jueves, septiembre 27
LAS LETRAS DORADAS DE SINALOA
Cosme Álvarez
El martillo
2007, año de premios para escritores nacidos en Sinaloa
La literatura en Sinaloa vive, con sus poetas y narradores contemporáneos, uno de sus mejores momentos. De la Generación de Babel a los Posmodernistas (nacidos entre 1918-1949 y aún vivos) se cuenta por lo menos con tres poetas notables; de la Generación de Medio Siglo, nacidos en los cincuentas y conformada por dieciocho poetas, hay sin duda otros tres de indudable talento.
De los también dieciocho Poetas del Puente Nuevo, nacidos en los años sesentas, sobresalen ocho, tres de los cuales son reconocidos a nivel nacional. La Generación Espontánea (nacidos entre 1970-1980) cuenta por ahora con quince autores, de entre lo cuales es fácil reconocer a seis poetas, dos de ellos ganadores ya de premios importantes.
La prosa escrita por sinaloenses motivó lo que se ha dado en llamar la Narrativa del Norte, y sus tres figuras centrales son Élmer Mendoza, Juan José Rodríguez y César López Cuadras.
En 2007 los dos premios de poesía con mayor importancia en México han sido otorgados a dos autores sinaloenses. El primero de ellos, Mario Bojórquez (Los Mochis, 1968), obtuvo el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes por su libro El deseo postergado. Enseguida, Jesús Ramón Ibarra (Culiacán, 1965) ganó el Premio Nacional de Poesía Gilberto Owen por su libro Crónicas del Minton’s Playhouse. También un narrador sinaloense, Álbaro Sandoval Medina, fue el ganador del Premio Binacional de Novela Joven Frontera de Palabras, por su obra Lodo en Tierra Santa.
De Sandoval Medina se tienen pocas noticias. Nació en Culiacán, en 1970, y reside en San Mateo, California. Se ha desempeñado como reportero y editor, y en 2005 obtuvo dos premios de periodismo por reportaje y crónica en Sinaloa.
El premio otorgado a Mario Bojórquez despertó sospechas y encono en algunos círculos literarios del país. El alegato no se centraba en la calidad de la obra de Bojórquez, sino en la posibilidad de que uno de los jurados hubiera influido en la decisión. Para mí, el problema no comenzaba ni terminaba con la premiación de Mario Bojórquez. Quizá el error de origen fue pensar que la vitalidad de la poesía radica en los premios y no en los poetas y sus libros.
Hasta donde sé, David Huerta no ha ganado el Aguascalientes, pero no creo que lo necesite para demostrar que es un Poeta. Leemos libros, no premios. Ningún poeta, ningún artista verdadero, escribiría un libro para ganarse un premio.
Me queda claro que la discusión que sostuvieron ciertos grupos, en el DF y en Sinaloa, se centró en la vanidad (herida o halagada) de algunas personas. La poesía está por encima y al margen de los favoritismos y las mezquindades. Aquel debate no tocaba a la poesía; aquel debate demostró una vez más la calidad moral de los grupos y las cofradías literarias, que privilegian su pequeña parcela de pseudopoder sobre la inteligencia y el arte.El martillo sirve para fijar las cosas sueltas… y para algo más.cosmealvarez@yahoo.comhttp://poesinaloa.blogspot.com
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viernes, septiembre 21
PERIODISTA CRITICA ESCUELAS DE PERIODISMO
A esta conclusión llegaron los comunicadores reunidos con motivo de la presentación, en la escuela Periodistas y Arte en Radio y Televisión –PART-, del libro Prendas Intimas de un Periodista, del comentarista Jorge Martínez.
El autor criticó a las escuelas de periodismo en el país por la falta de honestidad, por esconder la triste realidad de los profesionales de los medios de comunicación: que hay desempleo, que los monopolios informativos suelen pagar muy bien, pero a muy pocos.
Además, añadió, las escuelas ignoran en sus guías de estudio las necesidades de las empresas. Por ejemplo, los estudiantes toman cursos de edición con programas diferentes de aquellos que en la actualidad usan los periódicos y cuando egresan se encuentran que son rechazados por incapaces.
Prendas Intimas de un periodista es un libro en forma de memorias que intenta “convertir un sueño en una realidad”. El autor “quiere que exista un compromiso irrompible entre periodistas, pero sobre todo, entre mexicanos”.
Prendas Intimas de un periodista es editado por amarillo editores. http://www.amarilloeditores.com/
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sábado, septiembre 15
BACHILLERES DE NEZA TIENEN NUEVO CENTRO CULTURAL
Bachilleres del Plantel 12, en Ciudad Nezahualcóyotl.
La Cofradía de Coyotes está integrada por un grupo de escritores del Estado de México, poetas, en su mayoría, que editan y promueven sus creaciones. Esta vez fueron invitados con motivo de la inauguración del nuevo Rincón Artístico Cultural, destinado a la música, poesía y canto en el Colegio de Bachilleres, Plantel 12 de esa localidad.
Siete escritores, entre poetas y narradores, torturaron con sus lecturas a un nutrido grupo de jóvenes. Se puede decir que los muchachos escucharon con curiosidad, pero la sesión se prolongó más de dos horas y muchos de ellos mostraron qué tan buenos pueden ser ante el tedio.
El interés en sus rostros revivió cuando los alumnos del taller de teatro Mandrágoras, recitó el poema, Suave patria, de Ramón López Velarde.
A pesar de los fogonazos de un sol de mediodía y una prolongada lectura, el auditorio permaneció atento. El asombro creció cuando la alumna Adriana Paola López mostró sus dotes de oradora con un discurso en favor de la cultura mexicana. Y entre una presentación y otra, las guitarras y las voces de los alumnos Arturo Escobar, Arturo López y Javier Luis Bautista alegraron el nuevo ámbito.
El evento se realizó en la parte trasera del edificio, un terreno que había estado desatendido y, por lo tanto, ralo, separado de las vías del tren por una malla metálica, un lugar visitado por las parejitas que hace apenas unos días allí se besaban. Ahora este será el centro cultural del plantel. El director, Emilio Reyes Reyes afirmó que los mexicanos, en su mayoría, alcanzan a leer solamente tres libros al año. Uno de los propósitos de la apertura de este rincón, dijo, es el fomento de la lectura y la aproximación a las artes.
El grupo de escritores, denominado Cofradía de Coyotes, lo compone Eduardo Villegas, Sergio García, Germán Aréchiga, Servando Hernández, Julio Huerta y Filadelfo Saldoval-0-.
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jueves, septiembre 13
La muerte de la propaganda mediática
Es cierto que los mexicanos tenemos muchas razones para llorar, pero esta vez, el senado de la República anotó un golazo que perforó las redes nefastas del poder porfirista que aún respira en este país.
Los monopolios favorecen la concentración de la riqueza, es decir, hacen a los ricos más ricos y a los pobres más pobres. Los consorcios de la comunicación en México han manejado la propaganda y la información en favor de los ricos y han llenado de tonterías y superficialidades sus programaciones. Véase los programas de Paty Chapoy, por ejemplo.
Por otro lado, los candidatos a mandos políticos, desprovistos del espaldarazo mediático, serán vistos más por sus méritos que por lo que la radio, la prensa o la televisión digan de ellos, ya que resulta tonto seguir confiando en aquellos comunicadores cuyo propósito es el enriquecerse pasando por alto la ética profesional.
Uyyy, qué bien se respira, desde ahora los comunicadores dejaremos de ver a la clase política como patrona. Esperemos dejar la retaguardia para ir a la vanguardia en materia de información.
Qué buen aire, vamos ya por el caminito cubierto con hojarasca libre, con letreros en sus flancos que anuncian las direcciones hacia la Independencia. Es apenas un paso.
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domingo, septiembre 9
LOS DOS AMANTES
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jueves, septiembre 6
Mini mini
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domingo, septiembre 2
Chain of fools
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sábado, agosto 18
BAJO EL INFLUJO DEL CAMPAY
Finalmente se vieron las caras. Y no que quisieran jugarse una broma, pero ya habían pasado meses comunicándose a través del Internet, enviándose mensajes que bien podrían semejarse a los sueños y fantasías y ya era hora de tomar conciencia de las energías y las formas, de verse a los ojos y escudriñarse el alma, todo eso que implica conocerse deveras.
Así que el encuentro fue ayer el el Hard Rock Café, un sitio de alfombras tintas y caobas oscuras, algo que podría semejarse al vestíbulo del Hotel California.
Al subir las escaleras es posible toparse con la cara cachetona de Louis Armstrong en una fotografía en blanco y negro, sujetando una corneta dorada con un pañuelo; con sus vigorosos dedos enarbolados sobre el metal y los ojos saltones por el fuellazo.
Mientras el rock caía en el hielo de un campay, los abrazos y las sorpresas se precipitaron en alguna región volcánica del alma. Kiss, besaba a Mafalda; Juan complacía a su pequeño y le daba giros sobre los hombros hasta caer uno, exhausto; el otro, tambaleante por el vértigo.
Al extremos de la fila de mesas Andrea buscó los ángulos para una nueva foto, al tiempo que la doctora recibía un beso escurridizo de su querido Enigma.
Rock, wind and fire. Madonna se encuentra frente a René, esperando que toque la guitarra para cantar en uno de los escenarios lanzados al techo mirando con esos ojos líquidos, custodiada por los escudos de un cerro de dólares.
Por el otro lado estaba Elvys Presley, todo fajado, esbozando una sonrisa de cortinas blancas, joven e inmortal, con una cara enmarcada por las legendarias y abundantes patillas estuvo guiñándole el ojo a la que siempre está poniendo en jaque al mundo, A poco tú eres Mafalda, Pregunta, Y tú quién eres, Somos parte de esa "cofradía", algo que en "línea" conecta y abraza, los blogueros de corazón, Otro campay, por favor y que siga la música-0-.
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jueves, agosto 16
LA INFORMACION: UNA MONTAÑA INACCESIBLE
No obstante que los nuevos regímenes han alardeado afirmando haber abierto las puertas a la información y promovido la transparencia, veamos lo difícil que es el obtener información en las oficinas del gobierno.
En la elaboración de un reportaje sobre el agua había que llamar al titular del Sistema de Agua de la Ciudad de México. Su secretaria dijo con un eco rotundo, Aquí no damos información, tiene que ir a la oficina de comunicación social.
El domicilio de la oficina de comunicación social coincidía con un edificio colonial, vetusto, frente al Zócalo, toda una fortaleza, resguardado por un séquito de guardias de seguridad que exigían identificación. Después hubo que pasar a registrarse, abrir el bolso para que lo revisaran y pasar por un marco electrónico que sirve para detectar lo que la seguridad tanto teme encontrar.
Elevador, cuarto piso, oficina de comunicación social, Me presento, saco una de mis tarjetas de presentación, pido hablar con el titular, Tiene que registrarse, me dice una de las secretarias en un tono militar, y yo sin vacilar dije, Claro, donde hay que apuntarse, No, dijo la otra con prepotencia, Tiene que traer una carta de su medio, No tengo medio, dije, trabajo por mi cuenta, Pues de todas maneras tiene que traer una carta y si se le acepta pues entonces está registrada, Y el registro a qué te da derecho, A ver al jefe, Quién es el jefe, Pues el jefe de gobierno, Marcelo, respondió con impaciencia, como si fuera algo muy obvio que no hacía falta explicar, Pero si yo solamente quiero información sobre el agua, expliqué, Más tarde habrá un boletín, salieron a una gira, fueron a ver algunas obras de agua, A qué horas sale el boletín, No lo sabemos, en cuanto lleguen.
Esa fue la experiencia de ayer.
Además de la oficina de Comunicación Social del gobierno del D.F., las dos oficinas de información en el Palacio presidencial, a un costado, son meros galerones burocráticos, donde los jefes están más preocupados por mantener a alguien en la línea, hablar de una película o echarse un chascarrillo, que prestar un servicio.
Hay qué preguntarse cuánto es lo que le cuesta a la población el mantener todos estos regimientos inútiles, parapetados en escritorios de caoba, con sistemas de información –celulares y computadoras- estacionamiento privado, un séquito de secretarias, administradores y guardias; y todo el tiempo del mundo para limarse las uñas.
En cambio, mientras los senadores sesionaban en la Permanente la sala de prensa de Xicoténcatl estuvo ayer en efervescencia. Los camarógrafos subían y bajaban escaleras pasando de un piso a otro cargando sus lentes. El encargado, Héctor Rivera, extendía los últimos boletines detrás de una barra después de haberse peleado con fotocopiadoras y engrapadoras y los redactores escribían sus notas frente a los monitores apostados a los muros de la sala.
Fracasé con el tema del agua ayer, empero la experiencia con las oficinas de comunicación social fue reveladora-0-.
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Martha Avelina Rojas
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miércoles, agosto 15
ANGELES ENCARNADOS
tuopinion@starbucks.com.mx
Este equipo se ha convertido en el arsenal bélico con que he ganado pequeñas batallas en el campo reporteril. Ahora, encontrándome en una contienda por ganar unos cuantos pesos, se presenta ante mí tan valioso como los brazos o las manos.
Por eso es que ayer -que entendí que había perdido la olympus- sentí que alguien había venido con un machete y me había mutilado. La cámara estaba en la bolsa que creí robada mientras conversaba en un café con el príncipe Eleonaí -viajesdeeleonai.blogspot.com- y la princesa Donají -fueradelaimaginacion.blogspot.com- ambos blogueros e ilustres profesionales. Ellos, sin anticiparlo ni prevenirlo, ayer se declararon campeones en el rescate y la solidaridad.
Tan pronto como afirmé convencida, Me la robaron, Donají ofreció llevarme en su carro a que hiciera las diligencias para cancelar la tarjeta de crédito. Eleonaí abrió su centro de inteligencia y su teléfono celular para darle paso a una llamada salvadora: - Aquí está la bolsa, la tenemos, alguien de las mesas la reportó.
Era la empleada de la cafetería Starbucks.
Fue insólito haber recuperado la bolsa en la metrópoli del saqueo, en una ciudad calificada como una olla hirviente, capaz de explotar y dejar en huesos a la humanidad, cosa terrible y extremadamente peligrosa.
En el café yo había pontificado: -A pesar de ser considerada peligrosa, esta ciudad no lo es tanto como las de Estados Unidos, donde los asesinos en serie andan sueltos.
Cuarenta minutos después estaba diciendo: -Pinche ciudad de mierda.
En la cafetería los tres amigos hablamos de lo que es vivir en el extranjero, de medicina y lo estricto de las reglas gringas para con los médicos mexicanos; de la política mexicana, de los frustrados e ineptos izquierdistas. Nos sorprendimos de haber tolerado un presidente como Vicente Fox durante tanto tiempo. Teorizamos sobre los trabajadores mexicanos en Estados Unidos. Pero lo mejor vino después: cuando empecé a buscar mi bolsa para tomar fotos y no la vi por ningún lado.
Eleonaí y Donají urdieron, sin pérdida de tiempo, todo un plan de salvamento, Tienes que reportar tu tarjeta, me dijeron. Y su ayuda me mantuvo tranquila y más o menos de buen humor. Media hora más tarde hicimos una parada en el Sanborns El Chopo. Con el sabor de la cerveza oscura en la boca Donají dijo: “Desde que salió la advertencia en la tele, nadie deja las bolsas colgadas en el respaldo de la silla… esta ciudad es así, te tenía que pasar”. Después el celular de Eleonaí sonó, hubo un silencio abismal y él respondió: “sí, si la conozco, en 50 minutos vamos por ella (por la bolsa)”.
La chica de la cafetería, Yunvén Galván, había hecho una deducción al tono de Sherlock Holmes: sonó el celular, voy a regresar la llamada.
El príncipe inteligente marcó mi número desde su portátil.
Este proceso de salvación incluyó manejar en la tarde de un lunes por el centro, zigzagueando entre un tráfico demente. Los dos amigos ofrecieron sus teléfonos y hubo varios intentos por ambos lados al reportar la tarjeta, Hay que reportar el número, No lo sé de memoría –respondí- lo tengo registrado en el estado de cuenta, en mi cuarto.
El incidente llevó a los comisionados reales a conocer lo que ahora es mi residencia: un minúsculo cuarto dentro en un caserón antiguo de tres pisos, donde los baños y sanitarios se comparten. Para llegar a mi habitación hay que subir y bajar escaleras, pasar por un pequeño pasillo oscuro y hediondo. Para colmos ayer alguien barrió su habitación y dejó a la pasada un cerro de polvo y pelos. El buen espíritu de Donají se mantuvo. Sin embargo para mi amigo Eleonaí el hospedaje rancio en el que me encuentro debió haber sido toda una sorpresa. Ni modo, amigo, eso pasa cuando una decide pagar el precio de la vocación y la libertad.
Este final feliz cerró con el comienzo a un pasaje fantástico, donde la pintura abraza, en un juego amoroso y sabio, la literatura. Me refiero a la novela Atlas descrito por el cielo, editada por Sexto Piso, de Goran Petrovic, un escritor serbio que trabaja como bibliotecario en el monasterio de Zica.
Cuando (la princesa) Donají extendió sus brazos con el libro en la mano diciendo: “te lo presto”, yo no entendí su entusiasmo por un autor cuyo nombre me sonó tan frío y distante como la fórmula de un laboratorio. Ahora lo entiendo. Gracias, Donají. Las letras de Petrovic son de una belleza vasta y aterradora. Lo relaciono con Borges en el sentido de la fantasía, y en que ambos poseen un caudal vasto y armonioso en el lenguaje-0-.
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Etiquetas Crónica
domingo, julio 22
Borges: la pampa y el sarape
J.L. Borges.
Capistrán.
Julio, México, D.F.- El anecdotario que Miguel Capistrán atesora en su memoria contiene la relación cordial y respetuosa que Jorge Luis Borges sostuvo con el escritor mexicano, Alfonso Reyes; su visita a México; su crítica contra el peronismo; la recepción que le hizo en ese entonces el ex presidente Luis Echeverría; y la manifestación cariñosa y abierta por parte de sus lectores mexicanos.
De particular manera menciona también la ceguera que en los últimos años mantuvo al escritor en tinieblas, viviendo una experiencia oscura; empero, al mismo tiempo, inspiradora, que le sirvió de material para nuevos textos.
El ciclo de conferencias sobre Borges que se llevó a cabo la segunda semana de julio, en esta ciudad, me lazó con la fuerza de una catapulta a sus libros, fieles centinelas del tiempo suspendidos en las penumbras de los estantes, en donde la mano necia y errante se rehusaba abordar.
Hablar de esta extraordinaria mente, implica reseñar un espíritu que emergió con la fatalidad a cuestas: quedarse ciego en los años más fecundos de su existencia. Sin embargo, desde temprano con una vocación definida, adquirió el oficio y el ejercicio de las letras. Su trayectoria se caracteriza por una necesidad de decir, exponer, discernir; al mismo tiempo de crear con una imaginación sustentada en la inteligencia.
Asimismo, esta tarea hilvana el imaginarse un mechero de miel, nutrida con el tiempo y el trabajo de muchas abejas. En esta metáfora, los escritores, equipados con talento, sensibilidad e intelecto pasan a poblar la colmena, leyéndose unos a otros, tomando y dando, a la vez.
En Ficcionario, una antología de sus textos, Borges expresa su admiración por quienes le precedieron. Además de Reyes, James Joyce, Nathaniel Hawthorne, Franz Kafka, Edgar Alan Poe, Virginia Wolf, William Fulkner, Henry James y Oscar Wilde; sin mencionar a los tradicionales griegos y algunas películas, como el Ciudadano kane, de Orson Walles.
En sus ensayos no deja de citar a Nietzsche, Spinoza y a los clásicos: Sócrates y Platón.
Borges, arabista, escribe cuentos con ambientes musulmanes, estudia las escrituras antiguas, las religiones, las corrientes filosóficas y literarias de varias épocas hasta alcanzar la fuerza intelectual con que escribirá sus ensayos y obras.
Descubre en Hawthorne un mundo creado por los sueños, y hereda de él la tarea de soñar. Las Ruinas Circulares es un cuento que ejemplifica su naturaleza onírica.
En La Escritura del Dios, por ejemplo, eleva el lenguaje a una vastedad humana:
“esa voz que equivale a un lenguaje y a cuanto puede comprender un lenguaje son las ambiciosas y pobres voces humanas, “todo”, “mundo”, “universo”.
Asimismo, es un escritor deja clara su preocupación por el tiempo y las sucesiones:
“… porque el tiempo otorgado a los mortales no es infinito” (Definición del germanófilo).
… “porque el hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante” (El Sur, Cuento).
“Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré, sucesivo, porque el lenguaje así lo es” (El Aleph, cuento).
“…no se puede medir el tiempo por días, como el dinero por centavos o pesos, porque los pesos son iguales y cada día es distinto y tal vez cada hora” (Juan Muraña, cuento).
“A pesar de ser sometido a varias operaciones, Borges perdió paulatinamente la visión del ojo derecho, lo que forzó (y estropeó al fin) la visión del izquierdo. Los especialistas lo obligaron a dejar de leer y escribir en 1955. El mundo se volvió cada día más gris, los colores fueron desapareciendo uno a uno, con excepción del persistente amarillo. Para un hombre acostumbrado a usar una caligrafía minúscula, aquellas limitaciones fueron radicales. Tuvo que aprender un nuevo oficio, el de dictar. El escritor se convirtió en dictador”.
Inclinado a registrar sus experiencias, Borges en el Poema de los Dones nos dice:
“Nadie rebaje a lágrima o reproche
Esta declaración de la maestría
De Dios, que con magnífica ironía
Me dio a la vez los libros y la noche”.
Último párrafo del poema El ciego:
“Los días y as noches limaron los perfiles
De las letras humanas y los rostros humanos;
En vano interrogaron mis ojos agotados
Las vanas bibliotecas y los vanos atriles.
El azul y el bermejo son ahora una niebla
Y dos voces inútiles. El espejo que miro
Es una cosa gris. En el jardín aspiro,
Amigos, una lóbrega rosa de la tiniebla.
Ahora sólo perduran las formas amarillas
Y sólo puedo ver para ver pesadillas”.
Borges afirma:
“la ceguera es una clausura,
Pero también es una liberación,
Una soledad propicia a las invenciones,
Una llave a un álgebra”.
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Martha Avelina Rojas
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miércoles, julio 18
Pitol entre teclas
El tañido de la una flauta, de Sergio Pitol es para lectores avezados que han brincado la barrera el simplismo, para quienes han abandonado comodidad de las lecturas explícitas y han aprendido a leer entre líneas y en conjunto.
La novela, de 226 páginas, es acaparadora, con un lenguaje dominante, como un niño que exige atención y que no va a ceder hasta obtener lo que pide.
En sus páginas relata la vida de un pintor, su tía, una vieja rica a punto de morir, sus amigos y sus amores perdidos. Cuando los sueños en Europa se esfuman, el personaje, un alma, al final, solitaria y sin dinero, encuentra como último e inevitable recurso vivir con el más aborrecible de sus personajes: la Falsa Tortuga, quien representa un sistema corrupto e inservible, la encarnación de los regímenes mexicanos, su país.
Pitol muestra la vida intensa de un mundo sórdido y marginal… un destino que aterroriza a quienes han decidido dedicarse al arte, un ambiente donde nada es predecible ni estable, y donde vivir con la maleta abierta como guardarropa es común.
La novela revela, asimismo, el punto de vista de una Europa conflictiva, domeñada por las guerras, por la vejez y la decadencia. El lenguaje es sobrio, abundante y bien cuidado.
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8:33:00 a.m.
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jueves, julio 12
VENDEDORAS DE FLORES
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Etiquetas Imágenes
lunes, julio 9
DE REGRESO
Sainte-Adele, Quebec, Canada.
Uno de los ríos del pueblo.
El lago del pueblo, enorme y bello, para recreación de los amantes de la naturaleza.
Se siente la diferencia al aterrizar, y decir diferencia es una referencia sutil, más bien es un shock que se tiene que sacudir después de haber estados tres semanas en la laxitud de un pueblo como Sainte-Adele, rodeado de lagos, cutodiado por ríos interminbales y montañas de pinos y maples.
La provincia de Quebec tiene unos bosques de docil bellezas, gráciles caminos por donde andar en bicicleta, ciudades bien organizadas y con un ambiente fantástico de bienestar celeste.
Para un mexicano (a), acostumbrado al reto y a la pobreza, visitar estos lugares representa el experimentar una realidad ajena y maravillosa.
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Etiquetas De regreso
miércoles, junio 13
Ya casi me voy
Y bueno, pues el día ya está llegando: el viernes estaré saliendo para Montreal en un vuelo mañanero de la Air Canada. Estaré por allá el tiempo que me requieran las letras y la vida.
Habrá ocasiones que ameriten una reseña o comentario, o una foto. Estaré al pendiente para captarlas.
Canadá no es uno país tan colorido como cualquiera de Latinoamérica, pero en el verano sus lagos y sus jardines son hermosos. Los quebequenses, además, son hospitalarios y con un singular sentido del humor.
Lo que más me duele dejar en mi ciudad es mi familia, pero sé que está aquí y que podré regresar cuando lo necesite.
Un abrazo y estamos en comunicación.
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lunes, junio 4
En torno a Cortázar, El Perseguidor y los escritores.
A veces creo que Julio Cortázar era un poseso, alguien raptado y seducido -de tiempo completo- por sus personajes. No se puede pensar de otra manera después de haber navegado por El Perseguidor, y haber escuchado los comentarios que el propio autor hace de este personaje.
Creo firmemente que un personaje puede poseer el alma de un escritor. Hay momento, también, en que el autor escucha voces y diálogos y siente -además- una atmósfera.
Las historias pueden ser mera ficción, pero el estado de posesión de quien escribe es real. De hecho, éste es el estado que se precisa para escribir una buena historia, creo.
Un abrazo.
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Etiquetas Reflexión
domingo, junio 3
MARISMAS DE UN SUEÑO
Por A. Rojas
Cuento.
Cuando los dos despertaron, el viento del Este movía las láminas y el techo estaba a punto de desprenderse. El esposo se irguió en la cama. Con los ojos bien abiertos, sobresaltado, y con el corazón en tropel le dijo a su esposa, Tuve un sueño horripilante, Qué soñaste, le dice ella, Que mi lancha zozobraba y que mis pescadores se hundían en ella, Es una señal, dice la esposa: indica que debes quedarte en tierra, No insistas, mujer y ella reclama: te necesitamos en la casa, mira el niño que te llama, y yo que estoy cansada de acarrear agua y de reparar las lámina del techo.
El esposo se apresuró y metió los pies en sus zapatos de goma. En un tono militar dijo, Tengo que salir. Se puso la camisa y abrió la puerta. Afuera el día era lúcido, contrastaba con los pensamientos atribulados del pescador, la angustia le punzaba como la picadura de un insecto, y por más que intentaba estar en calma caía de nuevo en el sufrimiento, Tengo que ver qué les pasó, abundó, imaginándose a sus tres pescadores pidiendo auxilio en el mar. Debo ayudarles, repitió, así que no me cierres el camino, mujer y regresa a cuidar al hijo.
Afuera estaba la lancha con un motor pequeño de borda y un par de remos, él caminó angustiado hacia el muelle. Ella lo siguió tratando de que volviera, sin entender cómo: en un día de sol y la mar en calma el esposo estaba tan atribulado, qué no había sido mucho: pasar por todas las precariedades de un mar que no suelta, pedir fiado en las tiendas, le reclamó.
Estoy seguro que se han quedado sin gasolina, dijo él, pensando en sus pescadores. Puede ser que no haya sucedido nada -recapacitó- pero los sueños siempre avisan, nada pasa por nada, acuérdate cuando soñamos que nos íbamos a casar y que tendríamos un hijo varón, Sí, aceptó ella, Y nos casamos, y después el sueño se completó con el nacimiento del niño, afirmó él convencido, acuérdate nada más, así que si soñé que ellos se morían, tendrá que ser cierto, tengo que salir, retomó, será una tortura tener que vivir con el peso de estas muertes por el resto de mi vida, y todo por no hacerle caso a los sueños, mujer, así que deja, no insistas más.
El esposo se fue, navegó ese día por un mar en calma. Arriba las gaviotas se insertaban en un cielo raso y azul, arropado por la brisa del Este. Tan pronto como avistó a la lancha ondeando su proa en las tranquilas aguas, tuvo un sentimiento feliz, de agradecimiento. La corriente lo acercó a la embarcación. La tripulación lo saludó. El pensamiento de un miedo infundado le hizo reír y llamarse tonto. Los demás lo observaron sorprendidos, pues no era costumbre del jefe estar tan contento mientras trabajaban, Se le aflojó un tornillo, masculló uno de los pescadores.
Así sucedió esa mañana, él estuvo pescando con sus empleados, distribuyendo el pescado en las pangas y amarrando redes.
Cuando regresó al puerto y caminó a su casa, encontró a los dos en la cama, su mujer y su hijo, abrazados, muertos los dos, degollada ella, aplastado el niño, por el filo y el peso de las láminas de un techo que, por viejo y desatendido, se había derrumbado -0-.
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Martha Avelina Rojas
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Etiquetas Cuento, Marismas de un sueño
martes, mayo 29
PLATICANDO CON JUANA GALLO
Quedé con ella que publicaría en el blog y continuaría comentando La Bendita Manía de Contar, uno de los últimos libros de Gabriel García Márquez (nada que ver con un empleo).
La Bendita Manía de Contar no enseña a escribir. Revela básicamente el proceso de la creación, la manufactura de la historia, de lo que se quiere contar, por parte de los participantes y del mismo Márquez.
La mayoría de los talleristas son guionistas experimentados, y en el taller -con la ingenuidad que caracteriza a los estudiantes- exponen las historias que se les ocurre, las que les gustaría contar. Durante la exposición hay una excavación de tipo narrativo muy interesante; cómo se hilvana la historia, y a partir de allí, los demás estudiantes critican las debilidades de la urdimbre.
Dentro de esta tónica, el autor dice haber publicado a priori: Cómo se Cuenta un Cuento, que espero tener la suerte de leer uno de estos días.
Juana Gallo reviró haciendo referencia a Mientras Escribo, de Stephen King, (el rey del horror) un relato muy personal en torno a sus experiencias como escritor y sus técnicas para escribir relatos.
Así, que, Juana, aquí está, y después de colgarnos por los lazos de las letras, pisar las raíces de la misma tierra, andaremos por allí cada vez mirándonos desde las ventanas humanas de dos errantes almas que se dan cosquillas cada vez que se encuentran.
Un abrazo.
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domingo, mayo 27
el Nuevo Periodismo
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Martha Avelina Rojas
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martes, mayo 22
Guerrero Negro
Veo el país en una pintura de varios tonos, ninguno definido, sin concretar nada, como si fuera uno de esos suspiros surrealistas que pueda tener un artista, un creador. Rumbo al norte, los Tigres del Norte, los burritos y la machaca se me antojan alusivos a los nuevos parajes. Lo sorprendente fueron los vientos, esos fuertes vientos que ululan como alma en pena, atraviesan paredes montañosas, convulsionan el mar y barren dunas.
Este mismo aire –gélido y hambriento- me abrazó y me besó los cachetes al momento de poner pie en Guerrero Negro. Y yo, con sólo mis garritas veraniegas en la bolsita de viaje, me puse a temblar.
Pero, quién diablos –me pregunto- quiere venir a este lugar donde los letreros reverberan a punto de destartalarse, las calles yacen solitarias y los negocios parecen operarse por sí solos?
A pesar de que allí no crecen más que rastrojos, este lugar tiene un antepasado rural. La mayor parte de las tierras tiene un origen agrario, categoría de ejido.
La avenida principal es llamada Emiliano Zapata y forma parte de la ruta Transpeninsular. Es ancha, pero se ve todavía más grande debido a los escasos vehículos que la circulan.
Casi todos los negocios se encuentran ubicados a los largo de ésta. El pueblo ha crecido de una manera anárquica y es posible encontrar talleres grasientos y desponchadoras de llantas junto a hoteles y restaurantes. Me atrevo a pensar que en este lugar sencillamente no hubo planeación.
La apariencia grasienta y chorreada, aunada con los vientos de iglú, mantienen a raya a los visitantes la mayor parte del año. Sin embargo, de enero a marzo, los hoteles, moteles, restaurantes y negocios bullen con el clamor de los amigos de los mamíferos acuáticos más grandes del planeta: las ballenas.
En Guerrero Negro, una gran parte de la economía la sostienen estos animales. Hay hoteles y tiendas comerciales llamados, El Ballenato, Las Ballenas, o simplemente Ballenas. Postales, camisetas y anuncios muestran las monumentales cabezas, o las colas de este gigante del mar.
Me pareció raro estar cerca del mar y ver a las personas enrolladas en chamarras, guantes y bufandas, como si estuvieran en la cima de una montaña. De nuevo pensé en el surrealismo.
“Tierrero” Negro, así le nombran los lugareños -con un dejo de ironía en la voz- a este paraje inhóspito, donde el polvo se levanta con los vendavales del norte. Estas ráfagas rugen, golpean maderas frágiles y emiten chasquidos creando un clima de caos perpetuo. Este es el punto de partida para acercarse a la Bahía Ojo de Liebre, el santuario de la ballena gris, situado a más de 40 kilómetros, donde “no hay nada, más que un restaurante que opera durante los tres meses que dura la temporada de turismo”, dice Roberto, el recepcionista del hotel San José, donde me hospedé (la habitación cuesta 260 pesos, agua caliente, estacionamiento y personal confiable).
No pude ocultar mi facha de turista desorientada. Cuando Roberto escuchó los motivos de mi viaje expresó casi con susto: ¡Pero si ya se fueron! Refiriéndose a que la temporada de avistamiento había pasado.
Cualquiera que quiera ver las ballenas en su entorno natural, tendrá que quedarse en Guerrero Negro. Y una dice qué feo, no hay nada qué hacer. Pero observando un poco, el lugar ofrece la oportunidad de desplazarse a la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno, hermoso y multicolor, hogar de muchas especies de flora y fauna, entre las que figuran el venado de cola blanca.
De allí también se parte a las cuevas para ver las pinturas rupestres, vestigios de una civilización antigua y desaparecida. Además, la variedad de aves es abundante. En este viaje observé garzas y águilas pescadoras.
Al norte de la avenida, pasando el edificio de Banamex, se encuentran los cuarteles de la empresa productora de sal más grande del mundo, Exportadora de Sal, propiedad de japoneses de la firma Mitsubishi (49%) y gobierno de México (51%), que logra sacar del mar más de siete millones de toneladas cada año.
Esta empresa se caracteriza por tener las puertas abiertas a los visitantes, ofrece información impresa y permite la visita para aquellos que quieran ver la producción de sal in situ.
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sábado, mayo 12
DIARIO DE UNA TROTAMUNDOS III
Las ballenas.
La Baja es el hogar de cientos de especies silvestres y se embellece con una diversidad de inimaginables ecosistemas. Empero, el reino de la ballena gris llama y seduce con sus ecos marinos a quienes con azoro admiran la grandiosidad de este animal.
El ser humano, el más letal enemigo de las ballenas, se ha convertido. En el mundo 66 países firmaron un acuerdo de protección en 1948.
En 1972 La Laguna Ojo de Liebre fue declarada como uno de los santuarios de estos mamíferos marinos, los más antiguos del mundo.
La ballena gris realiza una de las migraciones más largas y espectaculares, desde el polo norte hasta las aguas cálidas de la Baja. Terminando el invierno, inicia el recorrido de 16 mil kilómetros de viaje redondo, hasta el mar de Chukchi, en el círculo ártico, donde se alimenta y prepara su viaje de retorno a casa en México, para aparearse y reproducirse en las Lagunas de Ojo de Libre, San Ignacio y Bahía Magdalena, en Baja California sur, de enero a marzo.
En la primera mitad del siglo, esta especie estuvo muy cerca de la extinción por la caza indiscriminada (Véase Moby Dick). Sin embargo, logró recuperarse a partir de una población de mil ejemplares.
En la actualidad nacen -cada temporada- unos 900 ballenatos, distribuidos en las tres lagunas, y el número se incrementa gradualmente.
Hasta el 2002, las ballenas avistadas ascendieron a mil 1998, de las 535 en 1991, según un folleto de la empresa Exportadora de Sal, la más grande del mundo que posee las riberas cercanas a Ojo de Liebre uno de los santuarios balleneros.
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miércoles, mayo 9
INES ARREDONDO
En su prólogo, Ignacio Trejo Fuentes señala: “Leer a esta escritora –una de las más importantes de la literatura mexicana- conlleva a sacudimientos, bofetadas, escupitajos en el rostro de quienes han sido aleccionados para mirar la vida de una sola cara. Inés Arredondo quieres precisamente eso: conmocionarnos mediante el enfrentamiento de los oscuros de la existencia, esos que nos empeñamos en velar, en opacar, en desaparecer para no tener que mirar el fondo de nosotros mismos y estar, así, ante la posibilidad de descubrir los rasgos que no queríamos ver. Su literatura es por eso un ejercicio de descubrimientos permanentes”.
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lunes, mayo 7
DIARIO DE UNA TROTAMUNDOS II
Bahía de la Concepción.
Pescadores limpiando sus lanchas en el muelle.
El palacio municipal y el parque central de la ciudad.
Santa Rosalía
El recorrido en el espacioso Águila me permitió admirar por las ventanas panorámicas las refulgentes bahías custodiadas por sus farallones, adornadas con collares de arrecife costero. No había duda: las bellezas naturales de la península tienen el poder de la hipnosis y el relajamiento. Los azules se diluyen con los grises desérticos; y lo verde de las algas con los violeta de un cielo que rompe en gritos crepusculares y luego muere ante los ojos de una luna plácida. Frente a mí tenía la bahía de la Concepción.
Abriendo sus brazos a un mar sin fronteras, Santa Rosalía -en cambio- es un pueblo esparcido en cerros. Las primeras casas tomaron los terrenos de un cañón que se inundaba cada vez que llovía hasta que los pobladores decidieron parapetarse construyendo un dique.
A lo lejos, dejando una estela en el mar al cortar las olas, el ferry transporta a pasajeros rumbo a Guaymas. Al costado del muelle los pescadores reparan sus lanchas para una nueva jornada de redes y anzuelos, y el pueblo se protege en sus casas de madera de un mediodía fogoso.
Los edificios antiguos de esta ciudad son de hechura francesa. Me recordaron a Saint Sauver, un pueblo antiguo en Quebec donde los restaurantes y los campos de esquí atraen a miles de turistas cada año.
A diferencia de Saint Sauver, Santa Rosalía sólo sirve para que el visitante tome un respiro antes de continuar su viaje.
Las oficinas de gobierno, la pesca industrial y el comercio concentran a un gran número de familias mexicanas en sus entrañas rocosas.
Las casas, enclavadas en las pestañas de los cerros, se diseminan en dos barrios que se pueden recorrer en menos de una hora tomando el urbano por cinco pesos: Ranchería y Nueva Santa Rosalía.
El urbano de esta ciudad es el más cómodo que conozco. Es chaparro, automático y con dirección hidráulica. El chofer hace su rondín de una manera sistemática y suave. Al subir, los escalones son amplios. Las monedas van a parar a una caja de madera donde se pueden ver las pilas acomodadas de a diez, de dos y de un peso. Este autobús es el más común y el preferido de todos, especialmente de los ancianos con bastón.
Santa Rosalía es una ciudad estructurada. Cuenta con servicios médicos, correo, telégrafo, ferry, aéreo, teléfono e Internet. La panadería El Boleo saca conchas, bollos y birotes calientes del horno a las seis de la tarde.
Los boticarios atienden al público atrás de un mostrador de cristal y alargan los brazos hacia hileras de anaqueles exhalando un suspiro antiguo.
Al gusto de los comensales hambrientos, los restaurantes sirven porciones abundantes. Aquí llegan pescadores, viajeros y migrantes con estómagos de camello, llenándose hasta el cuello para soportar los días en que tendrán que contentarse con una barrita Marinela o unas galletas de soda.
Una de las distracciones de los jóvenes consiste en darle la vuelta al centro, aturdiéndose con sus estereos mientras platican entre sí a gritos en sus carros.
Muchos de los vehículos, han sido traídos de Estados Unidos. Los Grand Cherokee ronronean en inglés, y las naves antiguas y asombrosamente bien cuidadas, como los Grand Marquis, Mercury y Galaxy circulan añorando los setentas, cuando sus motores podían presumir de la novedad.
Al mirar rumbo al parque central, me pregunté cuál sería la razón de la construcción de esas fachadas de corte extranjero que le dan al centro un toque extemporáneo.
La Biblioteca Pública Gandhi, situada frente al hotel Olvera –donde me hospedé- me sacó de dudas: La ciudad, aparentemente pobre, guarda en las entrañas de sus cerros las minas que atrajeron a los buscadores de tesoros y tuvo su apogeo cuando los franceses vinieron a explotar el cobre, estableciendo –de 1885 a 1954- la Compagnie Du Boleo.
El libro El Boleo, un pueblo que se negó a morir, de Juan Manuel Romero Gil, relata: “Una ciudad mexicana crece de la tierra; uno no puede pensar que no haya estado siempre allí… Había fábricas industriales de gran tamaño, andamios por todas partes y montones de rocas rotas. Las montañas calcinadas hasta llegar a ser blancas contrastaban con los tejados rojos y plantas alrededor de las casas…”
Continuará…
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Martha Avelina Rojas
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domingo, mayo 6
DIARIO DE UNA TROTAMUNDOS
En el pasaje comercial de Loreto los vehículos pueden entrar, cosa inpensable en Playa del Carmen, donde aun los ciclistas son multados por circular en el adoquín.
La Misión de San Javier, un pueblo entre las tripas de la tierra.
Las culebras de agua que prodigan vergeles.
A quién se le hubiera ocurrido. Nadie en su sano juicio viaja sola, con tres litros de alcohol en la cabeza.
La tarde del domingo había estado comiendo en casa de Carrillo y Lety y se me pasó la mano con todo. Así que crucé el Golfo de California en un estado de inconciencia plena. Si el avión se hubiera caído, habría muerto en la placidez de la borrachera.
Afortunadamente mis ángeles guardianes trabajan de tiempo completo. A la salida del aeropuerto de La Paz un chofer ya me esperaba. Era José Luis, el taxista que les da servicio a mis hermanas cada vez que van de trabajo a la Baja. Rosa Ana le había llamado para que me recogiera y me diera el servicio.
El hotel Oasis de la Paz es cómodo y cuesta solamente 260 pesos la noche.
En la agonía de la cruda, temprano muy de mañana, tuve la lucidez suficiente como para poner a cargar mi celular y comunicarme para decir que había hecho un buen cruce. Cruce. Se me cruzaron las copas.
El hotel queda un poco fuera del centro, pero la ciudad está interconectada por medio de líneas urbanas. Así que con la maletita, no me dio trabajo tomar el autobús, preguntar y llegar al gran malecón donde está la estación de los autobuses Águila, los más comunes y de mejor servicio en la Baja. Recorren la carretera Transpeninsular que va de norte a sur, con parada en cada centro urbano.
Las canciones de Emmanuel son muy bellas, pero hay que ver lo que me hartaron. El conductor quiso recordar sus años mozos y puso la cinta más de 10 veces en las cinco horas que duró el viaje, Tataratata, tatataratata, quiero dormir cansando para no pensar en ti...
Después de la primera sorpresa que causa el desierto, el panorama se vuelve monótono. Por la ventana se puede ver un manto seco: matorrales con sus garras inhiestas apuntando al cielo y un ejército de cactus alineados en explanadas interminables.
En el mismo territorio hay piedras volcánicas y de río, así como sedimentos marinos incrustados en conchas que han quedado en la superficie como residuos del mar.
La visita a Loreto era de rigor, pues me habían recomendado el lugar hasta el cansancio. Sin embargo, cuando llegué no me pareció la gran cosa. Su centro de tres calles está adoquinado y tiene pasillos como los que hay en Playa del Carmen, Quintana Roo: atestados con tienditas de artesanías, ropa de playa y bronceadores.
Los servicios de información turística son deficientes. La Oficina de Turismo es solamente un par de repisas con algunos folletos y dos personas que hacen de todo, menos sacar de apuro al turista. Menos mal que la Internet está accesible por 16 pesos la hora y hay suficientes de estas oficinas en el centro.
Poco a poco fui percibiendo el sabor exquisito de las esquinas y la belleza de Loreto.
Me hospedé en el hotel Brenda, por 260 pesos la noche. Tiene aire acondicionado, agua caliente y estacionamiento.
La mañana del primero de mayo fue fresca y estuvo acompañada por los trinos de los pájaros y una música que traía el viento. La canción Te amo, en la voz de Guadalupe Pineda, parecía salir de una de las habitaciones de la sacristía de la Misión de Loreto. El edificio es adusto y tuvo que haber sido remozado varias veces, pues lo construyeron los jesuitas en sus afanes por conquistar el nuevo mundo por allá en 1697.
La nave principal estaba sola y por una de las puertas laterales se sale a un patiecito donde están las oficinas y algunos cuartos para servicios pastorales. Los portales tienen la gracia de las formas, el material de cantera y el rojo de las bugambilias. De allí se podía ver una serie de ventanas de unas habitaciones reglamentarias, un especie de claustro, ubicado en el segundo piso. En el vaivén de la melodía y la romántica voz de Guadalupe Pineda, me imaginé al cura llorando, inconsolable, solitario y modesto, por un corazón perdido, eternamente te amo, tu mano…
Me decepcionó saber que la música venía del quiosco, ubicado a unos metros de allí, donde los organizadores municipales esperaban a los trabajadores sindicalizados para efectuar el acto con que se celebró el Día del Trabajo.
San Javier
Las montañas que sirven de espalda a la bahía de Loreto son áridas. Sobre su superficie los matorrales son unas mechas secas y puntiagudas. Todo es agreste e inhóspito. Una juraría que se podría de morir de hambre y de sed en dos días de no tener otra cosa más que abandono. Sin embargo, por los cañones de esa gran conformación de montañas desérticas, bajan colas de agua y en algunas partes las rocas forman piscinas donde los niños se bañan. Esto lugares, oasis en un terreno de cabras salvajes, aparecen inesperadamente en el camino. A los costados de estas colas de agua las palmas, las flores y los cultivos crecen con abundancia.
La misión de San Javier, fue construida para dominar -desde arriba- a los pueblos indígenas que estaban asentados en estos cañones. Los curas jesuitas tuvieron -me imagino- que haber tenido una condición física de talla olímpica para caminar, subir y bajar por las escarpadas paredes de estas montañas.
El pueblito de San Javier, ahora, alberga a unas 120 personas que viven de la agricultura y los pesos que dejan los visitantes que compran artesanías y consumen en el único restaurante.
La construcción de la iglesia es sólida y majestuosa, así como las montañas que la circundan. El verdor y la fertilidad de ese minúsculo valle es asombroso: hay legumbres, viñedos y dátiles.
En uno de los cañones nos encontramos con unas chozas de techo circular. Tiene el aspecto de una aldea africana, abastecida por una caída de agua proviniente de las zonas altas de las montañas.
El carro se atascó en dunas, patinó varias veces sobre la piedra suelta al subir. Y al bajar me caí tratando de tomar unas fotos. Me lastimé la mano y la rodilla. Pero por lo demás, el viaje fue placentero e interesante.
Continuará...
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jueves, mayo 3
Ando de Viaje
No es una metáfora.
En esto momentos estoy en Santa Rosalía, municipio de Mulegé en la Baja California. He llegado a aquí después de haber visto Loreto y voy en camino al santurio de las ballenas: Guerrero Negro.
Por el trayecto he visto la bahía de Asunción, pozas marinas, abrillantadas y destellantes como las joyas. Un belleza asombrosa e hipnotizante.
Mulegé es un oasis escondido entre palmeras y riachuelos.
El viaje ha sido una aventura agradable gracias a la gente que he conocido en el camino.
Me gustaría tomar más fotos, pero con las que he tomado y tomaré -espero- escribir una crónica en cuanto llegue a casa.
De momento les mando un super abrazo y les recomiendo viajar y viajar, como Eleonaí, y ver lo que el mundo y sus bellezas tiene para nosotros.
Les mando un suspiro de ballena, que es como me siento a veces.
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Etiquetas Un saludo desde la Baja
miércoles, abril 25
La redondez del asunto
Si supiera que voy a vivir más de noventa años creería en estar a la mitad de mi vida. De la visión magnánima se ve la geometría perfecta: la redondez de un ombligo, centro limítrofe de las dos partes del cuerpo.
Pienso en una esfera y en el punto donde recae lo que una vez comenzó; en la redondez de las buenas historias que aún los cronistas carrascalosos consideran cimiento en su narrativa; en la tierra y en todo lo que respira en ella; en algo que va y viene como las mareas; en la generosidad de unos pechos que amamantan con sus lunas llenas.
Pienso en ciclos, en soles y hoyos; en lapsos y ojos; en caminos que regresan a un mismo punto, en elipsis y ruedas que circundan, giran y abrazan. Concluyo entonces que aun yendo a la mitad la vida es como estar comenzando en el mismo punto, de regreso, como la ola que llega a la misma playa y besa la misma arena. La ola seguirá siendo ola, Pero me pregunto... si habrá cambiado, será ésto vivir?
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Etiquetas Reflexión sobre la redondez
domingo, abril 22
UN LAPSO
Hola,un saludo con mucho afecto. Hoy es uno de esos días en que las cosas se suceden sin pensar ni prevenirlas, un domingo, uno de esos días que por lo general, son como galeones, moviéndose en un mar lánguido, con un horizonte estático. Sin embargo, los minutos han adquirido un valor imprevisto. Hay muevas luces alumbrando los rincones que habían estado oscuros en mis rutinas.
Pero, por lo demás, es todo lo que puedo decirles, de momento: que me esperen un poco, que dejaré de pubicar en el blog, que estos días, ay... cómo explicarlo, estaré con otras cosas.
De nuevo. un brazo. Quizás un pequeño suspiro, de esos que salen sin evitarlo cuando se despide a un buen amigo desde el andén de una estación.
Afuera cantan los pájaros en las ramas de los árboles. el tic tac del reloj, implacable, continúa.
Estaremos, me digo, estaremos con los brazos tendidos.
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miércoles, abril 11
LA HIGUERA
La violencia, la muerte y el amor son los temas principales de La Higuera. Los personajes pululan en las zonas lacustres, por un lado, y en la metrópoli capitalina, por otro, en un México que transita de las revueltas revolucionarias a la vida regida por leyes.
Algunos de los personajes están basados en aquellos que tomaron parte de los sucesos de esa época, por ejemplo, De Soto en Ricardo Flores Magón; el Presidente, Venustiano Carranza y Raygoza, en Francisco Villa. Durante ese período, estoy segura, que tuvo que haber personajes reales mucho más fascinantes que los ficticios en estas historias; personas de carne y hueso que lucharon y murieron por sus creencias.
Este trabajo engloba una novela y seis cuentos. En su versión original, los cuentos formaban parte de la novela, pero me di cuenta que el hilo de la historia se perdía con tanta desviación narrativa. Cuando supe que el trabajo de cuatro años no había servido para nada me dispuse a tirarlo al cesto de la basura. Un chispazo de luz iluminó mis oscuros pensamientos y decidí separar todo lo que le sobraba a la columna vertebral de la narración.
El resultado fue que me quedé con unas historias que decidí incluir como anexos a la novela, un tanto por motivos sentimentales y otro por la curiosidad de ver la reacción de los lectores, a quienes considero los críticos literarios de mayor peso.
Comencé a escribir estas historias en el 2003, durante mi estadía en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas. El trabajo continuó en Playa del Carmen, Quintana Roo y pudo sobrellevar crisis sentimentales, quiebras económicas, y hasta los apocalípticos vientos del huracán Wilma.
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Ne me quitte pas, Jacques Brel
A esta canción no le entendí gran cosa, pero no pude evitar la emoción al ver al intérprete y escuchar su música. Alguien sabe la traducción?
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jueves, abril 5
La dinamita de Monterroso
Si hay algo que tienen las letras de Monterroso es que son capaces de tumbar un roble con el portento de su significado. Fíjense en esta fábula:
El burro y la flauta
[Fábula. Texto completo]
Augusto Monterroso
Tirada en el campo estaba desde hacía tiempo una Flauta que ya nadie tocaba, hasta que un día un Burro que paseaba por ahí resopló fuerte sobre ella haciéndola producir el sonido más dulce de su vida, es decir, de la vida del Burro y de la Flauta.
Incapaces de comprender lo que había pasado, pues la racionalidad no era su fuerte y ambos creían en la racionalidad, se separaron presurosos, avergonzados de lo mejor que el uno y el otro habían hecho durante su triste existencia.
FIN
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sábado, marzo 31
Las fiestas de Pascua en San Miguel
Las fiestas en San Miguel
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El Dinosaurio
Ya en el exilio, Augusto Monterroso se graduó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y desempeñó una activa labor como profesor en esta misma universidad.
En 1953 publicó Uno de cada tres y el centenario, y en 1959 saldrían a la luz sus Obras completas (y otros cuentos), colección de historias donde se prefiguran los rasgos fundamentales de su personalísima narrativa. Una prosa concisa, sencilla y accesible y una abierta inclinación hacia la parodia, la fábula y el ensayo, sientan los cimientos de un universo inquietante, que oscila entre el nonsense, el humor negro y la paradoja.
Otros títulos de su producción, signada siempre por la brevedad, son: La oveja negra y demás fábulas (1969), Animales y hombres (1971), Movimiento perpetuo (1972) o la novela Lo demás es silencio (1978), donde da vida al heterónimo Eduardo Torres. También inclasificables, aunque más próximos al área de la reflexión literaria, no exenta de creatividad y fantasía, son los textos: La letra e, fragmento de un diario (1987), Viaje al centro de la fábula (entrevistas, 1981) o La palabra mágica (1983). Su composición de una sola línea, Y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, está considerada como el relato más breve de la literatura universal. En 1996 reunió en el volumen Cuentos, fábulas y lo demás es silencio el conjunto de su obra de ficción. En 1999 publicó La vaca, una recopilación de “ensayos que parecen cuentos y cuentos que parecen ensayos”, según sus propias palabras. En 2002 salió a la luz Pájaros de Hispanoamérica, una antología con textos de escritores latinoamericanos. Es autor también del libro memorialístico Los buscadores de oro (1993).
Miembro de la Academia Hondureña de la Lengua, fue galardonado con el Premio Magda Donato en 1970 y con el Premio Xavier Villaurrutia en 1975. En 1988 recibió la Orden del Águila Azteca, condecoración que otorga el gobierno mexicano. En 1996, año en que dio por concluido su exilio, se le otorgó el Premio Juan Rulfo de narrativa, y al año siguiente, en 1997, el Premio Nacional de Literatura de Guatemala. En 2000 obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Monterroso actuó como intermediario en las negociaciones de paz entabladas entre el gobierno y la guerrilla revolucionaria de su país.
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viernes, marzo 30
Un correo de Eleonaí
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jueves, marzo 29
Guy de Maupassant y el laberinto humano
En Bola de sebo se puede percibir el generoso corazón de la muchacha obsesa, quien a pesar de ser catalogada como prostituta intenta hacer valer sus valores. Además, su sencillez y generosidad la dignifican y embellecen.
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martes, marzo 27
Intermedio con Maupassant
Guy de Maupassant (1850-1893), autor francés considerado como uno de los grandes maestros del cuento de la literatura universal. Nació en el Château de Miromesnil, en Normandía, y estudió en Yvetot y Ruán. Durante su juventud fue miembro de un grupo literario surgido en torno al célebre novelista Gustave Flaubert, que era íntimo amigo de la familia. Fue el propio Flaubert quien formó a Maupassant en el arte de la creación literaria. La primera obra importante de Maupassant fue el cuento ‘Bola de sebo’ (1880), incluido en el volumen Las veladas de Médan y considerado su obra maestra en ese género. En los 13 años siguientes escribió más de doscientos relatos, entre los que destacan Mademoiselle Fifi (1882) y el famoso La Parure (1884). La obra de Maupassant se caracteriza por sus variaciones sobre el tema de la crueldad humana, su realismo y su estilo sencillo. Maupassant es también autor de tres colecciones de recuerdos de viajes y seis novelas: Una vida (1883), que narra la enternecedora historia de las desventuras de una mujer casada; Bel Ami (1885), basada en el personaje de un periodista sin escrúpulos; Los dos hermanos (1888), La mano izquierda (1889) y Nuestro corazón (1890).
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lunes, marzo 19
ENRIQUETA Y EL GENERAL
Cuento
Por Avelina Rojas
La mujer de al lado se llama Enriqueta Martínez López. Es la hija más joven del general Cástulo Martínez de la Fuente, quien peleó con las huestes de Álvaro Obregón en 1915 derrotando a Francisco Villa en Celaya.
Todos en este vecindario respetan a Enriqueta porque se sabe que pertenece a una familia notable. Su casa está ubicada en una de las esquinas donde el busto del General escupe destellos negros en un mediodía llameante. Al pasar por allí la gente le rinde homenaje con una inclinación leve de cabeza, y de vez en cuando alguien le pone una flor sobre la pequeña loza de mármol donde está asentada la figura de bronce.
Si quieres seguir leyendo haz click en http://lahiguera-avelina.blogspot.com
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